Siento no poder dejar de escribirte. Mi mente no te aleja ni
un segundo de su pensamiento, mi corazón esboza cada segundo una nueva imagen,
una nueva frase, un nuevo sentimiento hacia ti… No puedo sacarte de mi cabeza
ni tan solo un segundo. No sé qué hacer ni qué decir. Tus palabras “¿QUÉ HAGO?”
retumban en mi mente como si de un redoble de tambor se tratase. Tus recuerdos
inundan cada recoveco de mi mente. Tus manos, parecen tocar las mías cuando
cierro los ojos. Tus labios parecen rozar los míos como aquella última vez en
la estación. Tu sonrisa parece estar ante mis ojos y al recordarla no puedo
evitar sonreír contigo. Tus ojos, ese laberinto en el que me perdería para siempre
aún sabiendo que ya no habría vuelta atrás. Tu mirada, parece clavarse en la
mía cada noche, cada mañana, cada instante del día… Son recuerdos de días
pasados en los que hemos estado juntos…recuerdos que hacen que mis ojos lloren
tu ausencia cuando no estás, pero a la vez sonría porque aún sigues aquí. No sé
si algún día podré dejar de decirte todo esto, de soñar con volver a verte, de
desear poder volver a besarte. “¿QUÉ HAGO?” dijiste mil veces “¿QUÉ HAGO SI TE
QUIERO Y ESTÁS LEJOS?” dime “¿QUÉ HAGO?” Y ahora, en este día gris y nublado,
en el que mi corazón llora tu ausencia y es él el que implora “¿QUÉ HAGO?” tú
respondes “Piensa que habrá próxima vez, que volveremos a vernos y que ese día
no tardará en llegar, así sonreirás” Y mientras yo pienso… ¿Esperar? He
esperado una eternidad…He tardado años en conocerte…Demasiado tiempo en
encontrarte y ahora que ya lo hice…solo queda eso, ESPERAR.
TE ECHO DE MENOS