sábado, 30 de diciembre de 2017

Adiós y gracias 2017

"Los años al igual que los meses y los días tienen su lado bueno y su lado malo, lo bueno es que el sol siempre vuelve a salir"

Con esta frase empecé mi año 2017 y qué gran razón tenía sin ni siquiera saberlo...

Ya en mi última entrada "Quizás así" expliqué todo lo que me había llevado a ser hoy como soy y todo lo que me había pasado este año. No quiero pararme una vez más en todas y cada una de esas cosas pero sí quisiera hacer un resumen para despedir el año. Y bien el 2017 fue un año que empecé con muchas ganas pero con muchas heridas por cerrar. En 2017 todo empezó a ir en declive. Sentí como el amor de la persona que más amaba en el mundo se iba haciendo cenizas y eso dolió muchísimo. Hice bajar de mi tren a algunos que yo consideraba "amigos" porque decidí que ya estaba bien de desear estar rodeada de personas, sino que sería mejor contar con unos pocos y que fueran los que realmente quisieran estar ahí. Me perdí a mí misma por intentar que los demás no me dañaran más. 2017 fue un año en el que no pude más, en el que me rendí y quise dormir para no vivir, pero un día gracias a mi madre me levanté y decidí salir de todo aquello. Me hice un tatuaje LittleThings que quiero que sea mi lema para este nuevo año que entra, ya que siempre ha sido mi terapia de vida. Por eso, hoy no quiero detenerme a pensar una vez más en todo lo malo que me ha llevado hasta aquí, pero sí quiero agradecer a la vida por todo ello, porque, sin eso no habría decidido salir adelante y sacar la mejor versión de mí.

Gracias a todos y cada uno de mis amigos porque sin ellos este año no habría podido seguir. Viajes, fiestas, salidas, entradas, fiestas-pijama... Por todo ello, GRACIAS DE VERDAD OS QUIERO A TODOS.

Gracias a mis padres, porque, siempre son los que me sacan del peor de los abismos y porque siempre están los primeros para saltar conmigo cuando algo bueno llega.

Y en especial este año, gracias a mí misma. Gracias por centrarme en mí, por permitirme equivocarme, por alegrarme por lo bueno que me pase, por pensar que me lo merezco, por buscar ratos solo conmigo y para mí, por intentar más que nunca vivir el día a día y por estar decidida a cuidar de mí ante todo.

Este año comenzó lleno de nubes grises que nublaron mi vida, pero también agarré paraguas de colores que me hicieron la vida más fácil... Gracias a todos mis paraguas de colores, gracias por hacer posible un rayo de sol en 2017.

Nunca pensé que diría esto pero después de lo malo ha salido el sol y espero brillar más que nunca. 2018 te recibo con muchas ganas, como siempre hago con los nuevos años, con muchas ilusiones y ganas puestas en ti así que GRACIAS 2017 por todo lo aprendido y por todo lo vivido, espero que me des fuerza para empezar este nuevo 2018 y que al final no todo fue malo: nuevas amistades, valorarme más a mí misma, VIAJES, nuevos PROYECTOS y el broche de oro: MOTRIL, me sanas la vida.

2017 gracias por todo
2018 te espero con ilusión... ¡Qué de comienzo!

FELIZ AÑO NUEVO A TODOS Y QUE TODOS VUESTROS DESEOS SE HAGAN REALIDAD :)

lunes, 25 de diciembre de 2017

Quizás así...

A veces nos miramos a nosotros mismos como extraños. No sabemos bien qué ha pasado o cuándo fue, pero un día nos damos cuenta de que ya nada es lo mismo. Cuando me miréis y penséis que he cambiado, que estoy extraña, diferente... quizás deberíais pararos a llevar un rato mis zapatos.

No me gusta hablar de ti... hablarte...pero en esta ocasión es necesario. En ocasiones, cuando duermo miro al otro lado de la cama... vacío, frío... incluso a veces simulo tocar tu espalda, preguntándome si es cierto que ya no estás más, que ese lado se quedó frío, helado, como nuestro amor. Recuerdo cómo me gustaba acariciarte antes de dormir, rozar con mis dedos tu espalda desnuda como signo de cariño y protección. Pero esas caricias como todo lo demás se fueron. He dicho que no me gusta hablarte porque a veces pienso y lo siento, que no te lo mereces. Es duro para mí aún escribirte esto pero así es. Durante mucho tiempo fuiste mi bastón, mi pilar fundamental, pero luego ese bastón se fue resquebrajando y con él mi vida. No hay nada que me dé más vértigo que estar declarando esto, pero creo que es necesario. Tú fuiste mi alegría, mi vida, mi mayor ilusión... yo solo soñaba contigo, vivía por y para ti al igual que sé que tú lo hacías por mí... pero un día todo cambió. Empecé a sentir desprecio en tus palabras, en tus gestos, en tu mirada... esos ojos preciosos marrones ya no se me antojaban tan apetecibles. Cada una de esas malditas frases que repetías sin cesar y yo, sinceramente, no las pude olvidar. Lo siento, no pude hacerlo. Cada palabra mal dicha un arañazo, cada mal gesto una herida, cada mirada una decepción. Intenté olvidar todas y cada una de ellas, pero no pude. Intenté alejarte de mi cabeza y a día d hoy no he podido. Intenté odiarte y solo conseguí ira. Intenté olvidarte y solo conseguí soledad. Por eso supe, con el corazón deshecho en mil pedazos, arañado, resquebrajado, inerte, cubierto de hielo... que la mejor solución con lágrimas en los ojos era dejarte marchar. Fue así. Un día mi mente lo vio, pero mi corazón no lo quería. ¿Cómo dejar marchar a la fuente de mi felicidad? ¿Cómo dejar atrás una vida juntos, tantos planes, tantas risas, tanta lucha? ¿Cómo? Pero aquel día ya no pudo más. Se rindió tal como yo y di el paso de decirte no y con ese no, mi caparazón. Más grande y grueso que nunca, con más hielo que nunca, con más barreras que un jamás... Pero supe que la única solución era dejarte marchar. No sabes cómo dolió hacerlo, con el corazón roto en la mano, fuera de su lugar, inerte, sin vida, en la mano, sin latido. Intenté con todas mis ganas odiarte porque te lo merecías o eso pensaba en aquel momento, pero no funcionó. Intenté de todas las maneras olvidar lo malo y quedarme con lo bueno, pero a día de hoy he sido incapaz. Y ahora, unos meses después de esa entrada que escribí aquí mismo destrozada, sigo viendo mi corazón en la mano, aquel día que te dejé marchar, como aquel que observa sus sueños marcharse y no hace nada, paralizado, serio, sin expresión... solo el corazón helado y lleno de heridas en la mano, ni siquiera en su lugar. Ojalá pudiera decir que ha vuelto a latir, pero no ha ocurrido aún. Siento que aún sigue ahí helado, en mi mano, pero ahora algo ha cambiado y es que estoy mirándolo confiada. Sé por qué se heló, sé por qué todo cambió, sé por qué desfalleció y ahora lo agarro con fuerza para decirle que estoy aquí y que lo protegeré a capa y espada.

Un día mi mundo se derrumbó. Todo, apocalipsis total. Y yo no fui capaz de superarlo. Vi a mi familia hundida por pérdidas que ya eran inevitables. Un hermano, un hijo, un padre para todos, tú el que más sonreía , el más positivo de la familia, el q nos animaba a pesar d ser tú el enfermo, tu muerte cambió nuestras vidas y nos dejó muy tristes tito PEPE. Merengue, turrón, paseos al chorro, tabaco a escondidas abuelo Diego qué gran luchador hasta el final cuando no te querías marchar. Y tú mi duelo sin cerrar, mi estrellita la más brillante, la más blanca... sabes lo mucho de menos que te eché ayer en la mesa, no consigo ir a verte sin llorar, porque tu marcha, tú mi otra mitad, me dejó destrozada, ni siquiera supe reaccionar, 48 horas dijeron como aquel que dice lo que vamos a cenar... yo no podía, no supe... simplemente no te quiero dejar marchar. Y eso pesa, y pesaba en casa y nadie supo para dónde tirar. Yo que me creía la débil tenía que hacerles cambiar, tenía que hacerles ver que se tenían que esforzar pero ese día yo no pude más. Algunas personas a las que consideraba amigas me apartaron de sus vidas y sus planes, sin importar, como si no doliese, simplemente caí en la cuenta que quizás siempre fue así, solo que ahora yo veía la realidad. Y me hundí y mi mundo se derrumbó y ya no pude hacer nada. No me apetecía luchar más por los demás, cambiar a los que me rodeaban, cambiar a mi pareja, hacer ver a esas supuestas amistades el daño que causaban en mí... ya no me apetecía más y decidí lo peor que alguien puede decidir... acostarme. Me tumbé en la cama y dejé mi corazón reposar en la almohada, teníamos que descansar. No quería luchar más por nadie, no quería sentirme más así, mi vida se había derrumbado y no sabía dónde ir, no es que no lo supiese, es que simplemente no quería ir, a ningún lado, a ningún rincón. Día tras día, cansada... y un día mi madre me despertó, no podía seguir así "tienes 25 años tienes que vivir" y esa frase retumbaba en mi cabeza cada noche (gracias mamá). Y así decidí que me tenía que levantar.

Y di un paso. Recogí mi corazón de la almohada y mirándolo fijamente le prometí algo, que a partir de ahora le iba a cuidar. Cuántos días me culpé de débil, de negativa, de mil cosas... Y aún ahora, a ratos lo hago. Pero hoy y aquel día decidí perdonarme. Decidí que debía llorar porque no estaba siendo fácil. Decidí dejar de culparme de loca y ver todo lo que me había llevado hasta ahí, hasta esos días de soledad. Por eso, decidí mimar cada una de tus heridas, cada uno de tus hachazos y te puse vendas y coraza y aún sangrante, no te preocupes, cuidaré de ti.

Afronté que era la hora, que el momento había llegado. El momento de dejar ir. Aprendí que no puedo cambiar a la gente, el que quiera estar bien y el que no, gracias por lo que me ha enseñado. Aprendí a dejar marchar a gente que me hacía daño. Aprendí a no dejar mi felicidad tanto en manos de los demás. Y tú... mi gran protagonista del 2017... este año en que tanto he perdido... a ti te tuve que dejar marchar. Como aquel que observa su tren partir en las vías, como aquel que ve su mayor sueño partir, sin correr tras de ti, sin mover ni un músculo. Lo hice para no herirnos más, aunque tú quizás jamás lo verás. Fuiste la pieza que encajó mi puzzle durante mucho tiempo, pero ahora ese puzzle lo destruí. Y ahora sé que la solución no es odiarte ni perdonarte, pues ninguna de las dos es aún posible para mí, es simplemente dejarte ir. No quiero buscar culpables, solo te dejaré marchar sin mover ni un dedo porque ahora sé que no fuiste tú, que no fui yo, fue la situación.

Y así lo solté todo. Dejé ir a muchas personas, algunas más importantes que otras, allí con mi corazón vendado, herido y helado en la mano. Y comencé a tumbarme en la cama pero ahora no para dormir, sino para escuchar música, música que me sanaba el corazón. Y volví a ver películas que me alegraban ciertos ratitos y a leer a esa señorita Bebi que de tantos días grises me han sacado. Y decidí pasar tiempo con personas increíbles pero aún así más tiempo con la más increíble de todas, conmigo misma. Por eso, hay días que dicen que parezco que escupo veneno, que hay rachas en que desaparezco o días en que estoy ausente, pero sepan algo todos, hice una promesa no de año nuevo, sino de esas de toda la vida, y la voy a cumplir. Tengo que cuidarme, tengo que abrazar mi corazón y por eso a veces necesito pararme, llorar, caerme, temblar, pero luego me levanto y digo VAMOS UN PASO MÁS a veces sin fuerzas, a veces cargada de energía, pero cada día un paso más. Fue duro dejar atrás, pero fue necesario. Ahora no es que me veáis extraña es que soy diferente y tengo claro algo QUIERO CUIDAR DE MÍ. Y a veces sonrío y estoy hecha polvo por dentro y otras lloro de felicidad, pero sea como sea estoy decidida a caminar.

Quizás así... algún día entenderás que cuando estoy ausente lo necesito de verdad, que cuando lloro lo hago con sinceridad, que cuando río es porque quiero mi sonrisa y la de los demás... quizás así un día comprenderás que estoy aquí y que sin dañar a nadie me tengo que sanar. Quiero mirar los árboles, disfrutar del viento fresco en la cara, pasear por la playa y sentir el ruído del mar, tomar un café tranquila con gente de verdad, reír hasta que duela, bailar hasta que no pueda más... LITTLE THINGS

Quizás así... un día antes de juzgarme, puedas pararte a pensar que tras cada sonrisa se esconde una lágrima y tras cada lágrima un ápice de felicidad, que el día que mi corazón sane, yo espero volverlo a posicionar.

domingo, 23 de julio de 2017

Dejar de respirar

¿Alguna vez lo has sentido?

Esta es mi historia, la de ahora, la de ayer, la del mañana... quizás no la de dentro de unas semanas, pero al menos sí, mi historia de hoy.
¿Crees que es fácil? Propóntelo durante unos instantes... Sumérjete bajo el agua, tápate la nariz o simplemente deja de inspirar durante unos segundos... Contén la respiración... Aguanta... ¿Duele verdad? Angustia ver que todo se pueda acabar, es así de fácil, solo hay que dejar de respirar y es entonces cuando sueltas el aire y respiras aliviado, ¿no era tan sencillo, verdad? Pues sí, dejar de respirar no es tan sencillo. No todos nos atrevemos a hacerlo, algunos experimentarán la gran suerte de nunca sentir tal necesidad, otros tiemblan solo al oír hablar de ello y sin embargo, otros muchos nos vemos en la situación de un día para otro.

¿Saben lo que es amar de verdad?

Quizás alguna vez han sentido que están enamorados. Quizás crean que saben lo que es el amor, pero quizás una vez leído este post se den cuenta que solo estuvieron ilusionados o quizás, enganchados... pero amar... AMAR es algo muy distinto. Puedes un día cualquiera conocer a una persona, quizás te la cruces en el pasillo, o simplemente esté tomando algo en la mesa de al lado, leyendo un libro en la playa, riendo con sus conocidos o quizás le veas solo entre una muchedumbre. Quizás, como suele ser habitual en nuestra sociedad actual, solo te llame la atención en un perfil de cualquier red social. Puede que sus preciosos ojos, su bello rostro, su extraña apariencia, su pelo, su forma de sonreír, quizás solo una mota que parece una pequeña mancha facial te haga fijar tu atención en él/ella. Entonces quizás pienses ¿por qué no? Y es ahí cuando empieza todo, es ahí cuando esa persona en un instante decidió subir a nuestro tren, sin saber si se quedará o no, pero decidimos incluirle en nuestra historia. Puede que un día decidas dar me gusta a una foto suya, agregarle o si llevaba mucho tiempo ahí, escribirle cualquier tontería para saber si existe alguna posibilidad de que esa otra persona quiera subir al tren, es como regalar un pase VIP al tren de tu vida. No sabes si bajará en la siguiente estación o se quedará para siempre, pero ahí estás tú, invitándole a subir. Y entonces, puede que ocurra. Empezar una conversación, reír con él/ella aunque no esté a tu lado, pedir un número de teléfono, realizar la primera llamada entre nervios, ir conociendo poco a poco al otro hasta que un día de repente decidas proponerle quedar o mejor aún, esa otra persona te lo proponga a ti. Ahí se creará la ilusión. La ilusión de ponerte guapa para él, de tirarte dos horas con tu mejor amiga eligiendo qué llevar puesto a esa "primera cita". ¿Qué antiguo suena, no? Y qué ilusorio a la vez. Entonces y solo entonces, te verás envuelto en el principio de una ilusión, en el principio de algo que te marcará y que sea o no eterno, habrá marcado el resto del viaje. La primera vez que le miras, pensando ¿qué pensará de mí?, ¿me verá guapa?,¿habrá venido solo por curiosidad? Y entonces descubres que igual fue demasiado, que igual quisiste jugar a la vida y ahora la vida te ha engatusado, pues aquel que te mira se ha convertido de la noche a la mañana en el pasajero que más anhelas sentar a tu lado, charlar aunque sea del tiempo, poder mirarle y verle sonreír, o simplemente, observarle mientras él haga lo que sea que quiera que le guste. Paseáis, reís, os hacéis la primera foto, huír del momento mágico, pues una vez suceda ya no volverá a significar tal y entonces ocurre. El tiempo se detiene y ahí está, el primer beso. Un encuentro por lo general bastante torpe y desenfadado, pero un encuentro que ya ha marcado el inicio de algo. Y paseáis y coméis juntos y le llevas a un rincón del mundo que es especial para ti y le cuentas un poco tu vida y de repente, caéis en la cuenta. Es hora de marcharse. Quizás esa persona quiera quedarse, pero su tren se marchará muy tarde. Así que decides acompañarle, un último beso, una frase y una promesa. Y entonces duele ese cierre de puertas, duele ese tren al marchar, duele que esa persona haya cruzado el cristal. Y allí estabas, sonriendo con su mensaje de vuelta a casa, pensando si solo fue un espejismo o casualidad, pensando si volverá. Y un día vuelve y otro también y entonces, se convierte en tu compañero de tren. Y así nace una ilusión. La ilusión de sonreír con otro, de que te acompañen si has de llorar, de que te digan que estas guapa aún con la cara llena de maquillaje sobrante del día anterior, con tu peor pijama y tu peor cara, pero ahí está.

Estar ilusionado por y con alguien es muy sencillo, cualquiera lo puede hacer, pero ¿saben qué es amar? Amar es algo totalmente distinto, a mi modo de ver. Amar es que su sonrisa provoque la tuya, que su felicidad te haga sentir que todo va bien, que su tristeza, aún sin él decirlo, te haga pensar que algo no va bien hasta que compruebas que él tuvo un mal día. Amar es estar molesto con esa persona por algo que dijo el día anterior y entre lágrimas, sin apenas poder ver la pantalla de tu ordenador, comprarle el regalo que más desea para su cumpleaños. Amar es verle sonreír con tu familia y sentir que aquello es lo que siempre has estado esperando, sentarte en silencio a ver una peli a mitad de la noche y que eso te parezca la mejor fiesta a la que nunca tuviste la ocasión de asistir. Amar es cambiar planes de familia y amigos por solo un instante con esa otra persona, hacer el primer viaje con tu nuevo coche a verle, sorprenderle cada fin de semana para que no muera eso tan precioso que existe entre los dos. Si le ves llorar ayy si les ves llorar, tu mundo se desmorona, pues te das cuenta que la pieza fundamental que encajó tu puzzle y te hizo recuperar la alegría de vivir, está ennegreciendo, está dejando de brillar y luchas y luchas por una sonrisa, por un atisbo de felicidad.

Sé lo que es amar hasta que duela. Sé lo que es dolor en el corazón por ver un tren marchar, por no poder besar cuando lo necesitas, por no poder ni siquiera decir te quiero con la mirada cuando lo necesitas. Sé lo que es sentir su dolor aun sin saber que esté mal, sé que es bailar sin que le guste solo por verte sonreír, sé qué es que te mimen por un mal día con una foto o vídeo, un mensaje, sé lo que es irte de viaje y que te sorprendan antes de marchar.

Y es por eso que lo sé que un día dejé de respirar. Fue inconscientemente. ¿Qué pasa si esa persona te hace sentir que algo ha cambiado, que ya nada sigue igual? Y en cada discusión una palabra, un gesto y se dibuja en tu rostro una gota de mar. Cada gota de mar pesa, aun se puede sanar. Pero tú no quisiste sanar. Quizás ninguno quisimos. Y entonces llegan los reproches, las dificultes, la negatividad y un día mi corazón no pudo más y acto seguido, dejé de respirar.

No imaginas cuánto lloré, cuanto me ahogué... Tanto, tanto, que aún sigo aquí, sin saber qué hacer. Pues cuando amas hasta que duele, cuando es amor de verdad... ayyy cómo duele dejarte marchar. Y vas andando o crees andar, conoces gente nueva, amigos, sales a bailar ... pero de repente un día, una canción, un recuerdo, una evocación del último adiós... No puedes dormir. Sabes que llevas tiempo sin corazón. Sí, sí, ya no está aquí. Parece ser él quien bajara del tren, en lugar de tú, parece ser él quien se marchó en la última estación. Parece que tú siguieras a mi lado, inerte, mientras él se marchó. Un puñal, una herida que se va trazando en la mar, al final eso solo te puede ahogar. Y ahí estaba yo, culpable de todo aquello a ojos de los demás, la decisión fue tuya has de apechugar y en mi mente solo una pregunta: ¿POR QUÉ? ¿por qué dejaste de bailar conmigo solo por verme sonreír? ¿por qué decidimos no dar marcha atrás? ¿por qué la vida me dio aquello si luego me lo iba a quitar? ¿por qué a nosotros? Muchos creyeron en el amor solo por nuestras miradas, por nuestras sonrisas y ahora ¿por qué? ¿por qué te dejo marchar? Disney. Princesas. ¿Por qué la dejas marchar? PORQUE LA AMO. Y más que nunca comprendí qué era amar. Amar de verdad. Amar hasta que duela. Un amor de esos que según dicen solo se vive una vez. De esos que son como una gota en el mar.

El día que supe que no era igual, que ya no bailábamos al mismo compás, que el adiós era parte del destino o casualidad, que ya no vibraría más el corazón, pues hace poco se marchó, que ya se oscureció... Placas de hielo lo cubrieron hace tiempo a modo de escudo y tú las derretiste una a una para volver a hacerme sonreír, cuando las sonrisas fueron lágrimas, él decidió marcharse, quedarse atrás en la estación y tú seguías a mi lado, inerte, una vez más, pero te tuve que invitar a bajar. No fue sencillo ni mucho menos poco doloroso, pero en ese momento lo supe.

Ahora estoy perdida, mi tren está muy vacío, gente que sube y baja sin cesar, todo a un ritmo acelerado. Mi corazón... ayyy amigo, mi corazón sigue en la parada, quizás no vuelva a subir. Para colmo, le pesa mucho el viaje. Mi estrella la más brillante decidió bajar hace un año, mi otra mitad, mi estrellita de pelo blanco que tanto me hacía vibrar. Y vosotros, lo más luchadores, también os fuisteis demasiado pronto, demasiado seguidos y dejando demasiado dolor. Y cómo no, me duele ella, mi pequeña cosita pequeña. Nunca imaginé que sería tanto para mí, que me harías sentir mamá, que propiciara mi primer tatuaje, mi primer pasito para andar. Ahora todo eso pesa y tu marcha mucho más. Es por eso que hoy lloré, como hacía tiempo no pasaba y caí en la cuesta de que me ahogaba. Claro que me ahogaba, no soy de hierro, como pretendo ser, no soy de hielo, como anhelo poder y sobre todo, no soy tan fuerte como pretendo facer.

¿Qué sencillo sonreír, verdad? Qué sencillo guardar tus lágrimas por no ver sufrir a los demás. Qué sencillo aparentar ser la loca y alegre de siempre, ¿verdad? Quizás mañana diga la verdad. Quizás un día aprenda a expresar. Quizás un día sea capaz de publicar...

... solo entonces sabrán, que aquel día, yo dejé de respirar ...


sábado, 7 de enero de 2017

Año viejo

Cada año como de costumbre escribiré unas líneas para despedir este año 2016 y dar la bienvenida al 2017 :) Sin embargo,  cada año dedico miles de palabras,  miles de frases en las que detallo cada paso y cada experiencia. Pero este año seré lo más breve posible.
No puede empezar mi entrada con algo que no sea una triste despedida. El 2016 me deja una gran pérdida.  Una persona que compartía mi forma de ser,  mi alegría,  mi pasión por las aceitunas... Sus historias de torero, sus miradas cómplices,  sus particulares remedios para el resfriado...  Son cosas abuelito que jamás olvidaré como tampoco olvidaré tu sonrisa y tus ganas de vivir.  Mantuviste tu sonrisa hasta el final,  tu humor y tus costumbres.  No puedo dejar de mirar al cielo para decirte GRACIAS gracias por lo que enseñaste y sobre todo gracias por lo que me dejaste, ahora tu huella en mi corazón será perenne.  Te quiero abuelito.
El 2016 alejó de mi vida a mi rayito de sol, mi estrellita la más pequeñita,  la traviesa de la casa...  Aunque algunos no lo entiendan tú me ayudaste a dar el último empujón,  tú me proporcionaste esa pequeña fuerza que me faltaba para salir de aquellos días grises.  Cuántas cosas compartimos,  cuánto me ayudaste y cómo reí contigo.  Cuando te escapabas y hacías casitas para dormir o te comías todo aquello que a tu paso encontrabas.  En 2016 te marchaste y entendí tu mensaje,  entendí que ya era hora de no refugiarme en ti,  de hacer las cosas por mí Gracias pequeña ratita por darme la vida y enseñarme a amar a los animales Mi pequeña chispi te voy a extrañar mucho 🐁💜
Este año han pasado muchas cosas,  buenas y malas,  pero aquí estoy dispuesta a comenzar otro con fuerza y ganas.  Un año para mí de superación y sueños ante todo.  Un año en que decidí probar nuevos caminos, vencer miedos y opositar.  Un año en que decidí pasar de las opiniones del mundo,  ser yo misma más q nunca y pintarme el pelo rosa,  sin duda, la mejor decisión y la que me hizo más feliz de este año.  Un año en el que mi familia ha seguido a pie de cañón,  un año en el que mis amigos y amigas no han dejado de acompañarme,  un año en el que mi amor ha decidido seguir la vida conmigo y seguir sumando juntos, cuánto te quiero gaditano 😍  ... En definitiva un año lleno de subidas y bajadas,  pero ante todo un año de valentía y superación.
2017 te espero con alegría y ganas.  Muchos se fueron y otros están por llegar,  gracias a las personas que se quedaron y a las que se fueron,  gracias a los que me levantaron,  pero también a aquellos que me empujaron,  hoy soy quién soy gracias a todo lo vivido y aunque aún hay cosas que cambiar y cosas por aprender me gusta quién soy y ante todo la vida me ha enseñado a quererme.
Ahora en mi mente mil propósitos,  miles de aventuras,  unos que seguro realizaré y otros que como de costumbre olvidaré.  Aquí te despido año viejo 2016 gracias por tus vivencias y enseñanzas. Aquí te espero 2017 impaciente y con mil ideas, veamos cuántas hacemos realidad.  Mis estrellitas gracias por cuidarme desde el cielo y darme fuerza cuando no me quedan,  os amo abuelos, tito y chispi

Los años,  como los días y los meses,  tienen su parte buena y su parte mala.  Lo mejor es que el sol siempre vuelve a brillar 💄  by me :) #2017philosophy