Un amor que se ha marchado...una historia que se cerró...una persona que te abandonó. Y sigues en ese tren, preguntándote, por qué lo hizo...por qué no subió...por qué te dejó seguir el camino sola...pero quizás, la duda no esté ahí. Sino en...¿y qué vas a hacer ahora? Cuando una persona se marcha, parece que tu vida no tendrá sentido sin ella, que todo pasará con penas, que el día a día se convertirá en una cárcel de la que no podrás salir, buscas el cariño de tus familiares, de tus amigos...Buscas un refugio en el cariño de alguien para no sentir que estás solo, que ya todo pasó, que ahora toca pasar página y por mucho que duela...TOCA SEGUIR ADELANTE.
Mucha gente se sentirá identificado con esto que estoy escribiendo aquí, desde el sofá de mi humilde salón. Pero un día, empezarás a liberarte de esas cadenas, comprenderás que si no pudo ser, por algo fue y que quizás te espere algo mejor, o no, en el camino. Simplemente has de valorarte y buscar lo que realmente te haga feliz. Alguien que haga que salga el sol cada mañana, que la luna se acompañe de estrellas cada noche, alguien que te haga vibrar con tan solo oír su voz por teléfono, con tan sólo una llamada, con tan solo una mirada…
Porque, cuando más hundido estés, alguien llamará a tu puerta de forma inesperada…y…ese alguien…será la persona que menos esperas…alguien a quien quizás no conocías y de repente, se convertirá en el centro de tu universo.
Date otra oportunidad, la vida sigue y quien no te valoró no merece tus lágrimas. Es duro salir del mal trago, pero alguien llamará a tu puerta, tarde o temprano.
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